La Secretaría de Salud contabiliza más de 1 mil 900 casos de sarampión y más de 1 mil de tos ferina en el país en lo que va del año. Ambas enfermedades han alcanzado máximos históricos en 2025, y continúan aumentando.
En el caso de la tos ferina, hasta el 31 de mayo, el reporte oficial es de 55 defunciones de niños menores de un año, a causa de esta enfermedad en 17 estados del país.
Expertos subrayan la necesidad de agilizar la vacunación, diagnósticos y tratamientos en las poblaciones donde hay casos confirmados de estas enfermedades, así como sensibilizar a la población para que accedan a aplicarse las dosis.
“Se debe acelerar la vacunación, sobre todo en los sitios donde hay casos confirmados, y se debería asegurar la adquisición de las dosis extraordinarias de vacuna que se van a necesitar”, explicó en entrevista Mauricio Rodríguez, coordinador académico del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) de la UNAM.
“También, sensibilizar a las poblaciones donde están apareciendo los casos, hacer énfasis en la vacunación del personal de salud que está en mayor riesgo de poder entrar en contacto con un caso de sarampión confirmado; fortalecer la capacidad de diagnóstico para que se identifiquen rápido los casos”, agregó.
María Guadalupe Miranda Novales, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad, destacó que no se puede lograr inmunidad en la población si hay procedimientos incompletos.
Entre el 26 de abril y el 3 de mayo se aplicaron 2 millones 211 mil 584 vacunas, incluidas aquellas que protegen contra el sarampión y la tosferina, en personas de todas las edades.
De acuerdo con el último boletín epidemiológico, las autoridades de Salud reportaron 1 mil 926 casos de sarampión y 5 defunciones en el país, hasta el 31 de mayo. Este año se mantiene con la mayor cantidad de casos de sarampión en los últimos 17 años.
El estado con mayor número de casos confirmados hasta la semana 22 del año es Chihuahua, con 1 mil 803, lo que representa el 93.6% de los casos a nivel nacional. Le sigue Sonora con 52 casos, y Zacatecas con 17 pacientes de sarampión.
“Los brotes de sarampión siguen avanzando, es un fenómeno que todavía no está completamente controlado. Vemos que en Chihuahua tiene el mayor número de casos a nivel nacional. En el caso de la tos ferina, los menores de un año son los que están siendo afectados porque no tienen ni una dosis de vacuna. Y un niño de 6 meses tiene que tener tres dosis ya de vacuna contra tos ferina”, dijo el coordinador del PUIREE.
Las personas que han sido más afectadas por esta enfermedad son las de 25 a 29 años, con un 14.5% de los casos; y el grupo de 30 a 34 años, con un 13.8% del total.
“Referente al antecedente vacunal se encontró que 92.3% (1,776) no cuenta con antecedente vacunal, mientras que el 3.5%(69) cuenta con una dosis de SRP y el 4.2% (81) cuenta con 2 o más dosis de SRP documentado en la cartilla nacional de
vacunación”, señaló el boletín epidemiológico de la semana 22.
En la conferencia de prensa matutina del 3 de junio, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Ramiro López Elizalde, mencionó que el sarampión es la infección viral más contagiosa. Esto implica que cada persona infectada puede contagiar a 15 más.
“Cabe señalar que la probabilidad de contagiarse de una persona no vacunada al estar en contacto con otra persona con sarampión es del 95 por ciento o más, que no esté vacunada y más cuando se encuentra en un espacio cerrado”, dijo.
Los especialistas consultados mencionan que la baja en la aplicación de vacunas repercute en el aumento de casos. Pero además de las fallas del sistema de salud para garantizar las dosis, la desinformación provoca que algunas comunidades de estados como Chihuahua no acepten las vacunas, quedando así más vulnerables.
La ENSANUT 2023 dio a conocer que la prevalencia de la vacunación contra el sarampión en adolescentes es del 21% y en adultos (20-59 años) fue del 30%. De acuerdo con la encuesta, en 2012 se tuvo una cobertura 75% en la aplicación de la primera dosis SRP en niños menores de un año, y entre 2021-2023 fue de 71%.
Novales expuso que cuando ocurren interrupciones en la vacunación, como sucedió durante la pandemia, hay virus altamente contagiosos que provocan enfermedades como sarampión y tos ferina. Por ello, recomendó mantener los esquemas completos y los refuerzos para evitar brotes, reducir la morbilidad y la mortalidad, sobre todo en poblaciones de alto riesgo.
Hasta el 31 de mayo, de los 1 mil 926 casos confirmados de sarampión, tres municipios de Chihuahua concentran el 73.55 % de los casos, siendo el municipio de Cuauhtémoc el que tiene más casos con 739; le sigue Chihuahua con 337, y Ahumada 42 casos.
Mauricio Rodríguez apuntó que la alta virulencia del sarampión ha provocado que se disemine en diversos estados, pese a que su mayor concentración es en Chihuahua. Además destacó que los brotes de sarampión se han concentrado en niños y adultos de comunidades que no se vacunaron.
De acuerdo con las autoridades de Salud, entre el 1 de abril y el 30 de mayo se aplicaron 600 mil dosis contra el sarampión, privilegiando a los estados donde existen más contagios. A pesar de ello, el experto de la UNAM indicó que es necesario establecer acciones de vacunación intensas en municipios y estados con mayor número de casos, para frenar la transmisión de la enfermedad, además de continuar con las acciones de vacunación ordinarias en las unidades de salud.
“Tenemos como periodos de dos semanas para ir viendo si empieza a estabilizarse o no, y si ya no hubo más más transmisión. Tal vez entre abril y mayo quizá habríamos llegado a lo máximo. En las próximas semanas podríamos ver una disminución, siempre y cuando el virus no se meta otra vez a comunidades no vacunadas. De cualquier manera pues implica la colaboración de las autoridades federales, de las autoridades estatales, de las autoridades municipales”, comentó.
De acuerdo con el último boletín epidemiológico disponible, se han reportado 1 mil 060 casos confirmados de tos ferina y 55 defunciones de niños menores de un año, de las cuales 94.5% fueron en bebés menores de seis meses de edad. Esto continúa representando la mayor cantidad de casos confirmados y fallecimientos en los últimos siete años por esta enfermedad.
“A la misma Semana Epidemiológica del año previo, no se tenían registradas defunciones a través del Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Síndrome coqueluchoide y tos ferina; al cierre preliminar del 2024, se registraron 32 defunciones por Tos ferina”, mencionó la Secretaría de Salud.
Hasta el 31 de mayo de 2025, los estados que concentran el mayor número de casos de tos ferina son: Ciudad de México, con 109 pacientes; Chihuahua, con 107 casos y Aguascalientes, con 99 casos. Sólo Tabasco no ha reportado casos de esta enfermedad hasta el momento.
A nivel municipal, el mayor número de casos se han registrado en Aguascalientes, con 75 casos; Juárez, Chihuahua, con 41; y Juárez, Nuevo León, con 23. Mientras que los decesos se han reportado en 17 entidades.
“No podemos aquí hablar de de una situación en particular porque las 55 defunciones están distribuidas por todo el país. Es una enfermedad prevenible por vacunación y los menores de un año son los que están siendo afectados, porque no tienen ni una dosis de vacuna. Estamos viendo este fenómeno que sí implica una disminución en la vacunación por múltiples razones, y que está en prácticamente en todo el país”, destacó Rodríguez.
De acuerdo con la ENSANUT 2021-2023, la cobertura de vacunación del biológico hexavalente en niñas y niños con menos de un año de vida, fue de 68.9%, mientras que la cobertura en 2012 fue del 78%. Es decir, bajó casi 10 puntos.
La encuesta estimó que, entre 2021 y 2023, 81 mil niñas y niños no recibieron la vacuna DPT en su primer año de vida. No se cumplieron las metas de vacunación.
“La Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a los Estados Miembros a reforzar sus sistemas de vigilancia epidemiológica y a mantener un monitoreo continuo, detallado y desagregado de las coberturas de vacunación en la población infantil, con especial atención a los menores de 1 año y menores de 5 años”, mencionó la organización panamericana en su última alerta epidemiológica.
“Es prioritario identificar de manera oportuna a los grupos poblacionales que no reciben las vacunas de tos ferina con las dosis recomendadas, en particular a los lactantes no vacunados o con esquemas incompletos, a fin de implementar acciones correctivas que permitan cerrar brechas de inmunización y prevenir brote”.
En ese sentido, Rodríguez sostuvo que es necesario un buen diagnóstico, la administración correcta de antibióticos y la vigilancia profesional de las personas enfermas de tos ferina, especialmente de los menores de 1 año. Por ello, destacó que los familiares deben acudir a consulta médica cuando empiecen los síntomas y aplicar las vacunas necesarias.
Al igual que la OPS, Rodríguez y Novales recomendaron la vacunación en menores de un año, personal de salud y madres para evitar la propagación de esta enfermedad.
Esta película sobre la adicción a las drogas fue muy aclamada y criticada cuando se estrenó en 2000. Hoy, no es menos polémica.
Cuando el filme Réquiem por un sueño se estrenó hace 25 años, generó excelentes críticas y una acalorada polémica.
La proyección de medianoche en el Festival de Cine de Cannes culminó con una efusiva ovación de pie por parte de los 3 mil espectadores del auditorio.
Cuando se encendieron las luces y se vio a Hubert Selby Jr., autor de la novela de 1978 en la que se basó la película, las lágrimas corrían por sus mejillas.
La admiración de la crítica llegó pronto, y Peter Bradshaw, del diario británico The Guardian, dijo con entusiasmo que el director Darren Aronofsky había alcanzado las legendarias alturas de Orson Welles en cuanto a “energía, consistencia y dominio absoluto de la técnica”.
Sin embargo, la recepción fue muy distinta en el Festival de Cine de Toronto, donde algunos espectadores vomitaron de asco.
Con una clasificación para mayores de 17 años, la película recaudó apenas 7.5 millones de dólares con un presupuesto de 4.5 millones, y fue criticada duramente por algunos detractores por, como expresó Jay Carr en el Boston Globe, “refugiarse en una visión del infierno nacida de la comodidad burguesa”.
Lo que dividió la opinión de la crítica fue la forma en que Réquiem por un sueño retrataba a los drogadictos, con detalles desgarradores y en primer plano.
La película presenta a una viuda, Sara Goldfarb (interpretada por Ellen Burstyn), que se vuelve adicta a las pastillas para adelgazar con el objetivo de participar en un concurso televisivo.
Mientras tanto, su hijo Harry (Jared Leto) y su mejor amigo Tyrone (Marlon Wayans) traman un plan para enriquecerse vendiendo heroína. Cuando las cosas se complican, presionan a Marion (Jennifer Connelly), la novia de Harry, para que intercambie sexo por drogas.
La trama se arremolina como un torbellino que los arrastra hacia sus espantosos destinos: torturas con electrochoques, amputación de un brazo gangrenoso, reclutamiento en una cuadrilla de trabajo penitenciario supervisada por un guardia racista y explotación sexual.
Darren Aronofsky quiso ofrecer al público un bombardeo sensorial que imitara la experiencia de la adicción.
Pero terminó haciendo mucho más, provocando serios debates sobre el libre albedrío del adicto, la línea entre la observación compasiva y el voyerismo explotador, y el tóxico canto de sirena del propio sueño americano.
Veinticinco años después, estos debates siguen latentes.
La idea de la película surgió cuando el productor Eric Watson vio una copia de la novela de Selby en la estantería de Aronofsky en 1998.
“Darren me dijo que había tenido que dejarla a la mitad; era demasiado oscura e implacable, y eso me intrigó”, le dice Watson a la BBC.
“Le pregunté si podía prestármela para leer en un viaje de esquí con mis padres. Me arruinó las vacaciones por completo. Al volver, le dije a Darren: ‘Esta es la indicada; tenemos que hacer esta película’. Así que adquirimos los derechos de la novela por 1.000 dólares, y Darren escribió el guion”.
Aronofsky y Watson enviaron el guion a todos los grandes estudios. ¿La respuesta?
“¡Silencio!”, recuerda Watson. “Nadie se molestó en llamarnos para rechazarlo”.
Sin desanimarse, consiguieron la mitad de la financiación que necesitaban de Artisan Entertainment y contrataron a un productor independiente, Palmer West, para que les ayudara a reunir el resto de un presupuesto ajustado.
El proceso de casting también resultó complicado.
“Tobey Maguire, Adrien Brody, Joaquin Phoenix, Giovanni Ribisi… todos exploraron el proyecto o se presentaron a la audición para interpretar a Harry, pero rechazaron el papel”, recuerda Watson. “Era un riesgo demasiado grande para sus carreras”.
Una vez elegidos, Leto, Connelly, Wayans y Burstyn se esforzaron por lograr autenticidad en sus interpretaciones.
Leto perdió 11 kg y convivió con heroinómanos sin hogar en el East Village de Nueva York.
Wayans recorrió sin camisa las gélidas calles de Brighton Beach, en Brooklyn, en febrero.
Al comenzar el rodaje, Burstyn simuló la pérdida de peso poco saludable de su personaje poniéndose un traje de 18 kg para sus primeras escenas, luego cambiándolo por uno de 9 kg y, finalmente, tomándose dos semanas de descanso y perdiendo 4.5 kg con una estricta dieta de sopa de repollo.
Aronofsky, inspirado por los planos de Spike Lee en “Haz lo que debas”, utilizó tomas SnorriCam (cámaras acopladas al cuerpo del actor) para transmitir una sensación de disolución de la realidad externa.
A esto añadió pantallas divididas, aceleraciones y desaceleraciones, fundidos a blanco, tarjetas de título, espirales de cámara, lentes ojo de pez, planos generales extremos, pixelaciones y puestas en escena surrealistas.
Todas eran herramientas para imitar las distorsiones sensoriales inducidas por los opioides.
Pero aunque estos efectos visuales generaron entusiasmo, la visión de la película sobre la adicción a las drogas generó controversia.
Mientras que Trainspotting (1996) había sido criticada por glorificar la estética de la “heroína chic”, Réquiem por un sueño se percibía como un retrato incesantemente sombrío del consumo de sustancias.
La imagen de una “espiral” se convirtió en la metáfora preferida de la crítica para describir la idea de la película de que los adictos, una vez enganchados, son arrastrados casi inexorablemente hacia finales horribles.
“Lamento decir que la forma en la que describe la trayectoria de la adicción a la heroína es notablemente precisa”, afirma David J. Nutt, profesor de neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres.
“La mayoría empieza a consumir por desesperación o desesperanza, pero muchos, como Harry y Tyrone, ven el narcotráfico como una aventura empresarial, como una forma de ganar dinero rápido y luego seguir adelante con sus vidas. Pero rara vez termina bien”.
Por otro lado, el profesor Nutt considera a Sara Goldfarb un símbolo de toda una generación de amas de casa de las décadas de 1950 y 1960 a las que se les recetaron anfetaminas sin supervisión médica adecuada.
En cuanto al destino de Marion, afirma que hoy en día “los proxenetas siguen controlando y abusando de las mujeres explotando sus adicciones”.
Pero lo fundamental de la película, añade Nutt, es que dramatiza la adicción como un trastorno químico cerebral que induce conductas compulsivas.
“No recurres a la reutilización de puntos de inyección extremadamente dolorosos a menos que seas presa de impulsos irresistibles”, afirma.
No todos los expertos en adicciones están de acuerdo.
Gene Heyman, profesor titular del departamento de Psicología y Neurociencia del Boston College, le dice a la BBC que Réquiem por un sueño describe admirablemente la euforia de la iniciación en las drogas, seguida de episodios de abstinencia cada vez más intensos y dolorosos.
Pero ahí termina su precisión.
“Esta película cuenta una historia conocida: una vez adicto, siempre adicto, y es necesariamente una trayectoria descendente de la que nadie se recupera”, dice Heyman.
“Y eso es completamente falso. Todos los datos epidemiológicos muestran que, a los 30 años, la mayoría de los consumidores habituales de drogas maduran y dejan de consumir, no vuelven a consumir, y lo hacen sin tratamiento ni intervención profesional. “Eso son solo los datos, no mi opinión. Están ahí para que todos lo vean”.
Por su parte, Watson se exaspera al responder preguntas sobre la veracidad de la adicción en Réquiem por un Sueño.
“Hubert Selby fue muy activo en AA y NA [Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos], pero nuestra película nunca tuvo la intención de ser un documental ni un panfleto sobre el camino a la recuperación”, dice.
“No, no es realista. Es surrealista. Relájense”.
El propio Selby siempre insistió en que consideraba la drogadicción solo una manifestación del poder seductor del sueño americano y de lo que consideraba sus efectos tóxicos.
Antes del estreno de la película, escribió un nuevo prólogo para su novela, que decía: “Obviamente, creo que perseguir el sueño americano no solo es inútil, sino autodestructivo, porque en última instancia lo destruye todo y a todos los que lo componen”.
Muchos críticos han llegado a considerar que Réquiem por un sueño está en la misma línea que El gran Gatsby (1925) y Revolutionary Road (1961), obras que exponen el lado oscuro del mito estadounidense.
Con su televisión y su comida basuras, la película se circunscribe en un ambiente de adicciones específicamente estadounidense, afirma Kevin Hagopian, profesor de Estudios de Medios en la Universidad Estatal de Pensilvania.
“El concurso televisivo que cautiva a Sara se centra en crear una alegría ansiosa, exagerada y falsa”, dice.
“Aquí hay una búsqueda desmedida de panaceas irrealistas, un atajo hacia una solución rápida para no tener que pensar nunca en el propósito de la vida. Aquí, el sueño americano no es lo que hay que perseguir, sino el villano definitivo. Y esa crítica es tan devastadora para los mitos que nos sostienen que no es de extrañar que mucha gente no la acepte”.
Danny Leigh, ahora crítico de cine del diario Financial Times, elogió efusivamente Réquiem por un sueño en la revista Sight and Sound cuando se estrenó.
“Me cautivó lo que era: sin duda, una obra cinematográfica con estilo, con un crudo brío cinematográfico”, le dice Leigh a la BBC.
“Trainspotting había sido un acontecimiento cultural trascendental, que desencadenó un momento de vértigo en la cultura británica del momento, y vi ‘Réquiem por un sueño’ como una poderosa corrección, una advertencia casi paródica que golpeó con fuerza”.
Sin embargo, con el paso de los años, Leigh ha desarrollado recelos sobre la obra de Aronofsky.
“He llegado a sentir que hay cierta lascivia en su cine, como si se entrometiera en situaciones emocionalmente desesperadas y aplicara una condescendencia desagradable, incluso voyerista, a circunstancias trágicas”.
Leigh señala que este impulso alcanzó su extremo más grotesco en La Ballena (2022) de Aronofsky, en la que un profesor de inglés solitario y con obesidad mórbida, interpretado por Brendan Fraser, come hasta morir.
Hagopian, en cambio, considera que Aronofsky ha demostrado una genuina curiosidad por comprender a las personas marginadas de la sociedad.
“Muchas películas experimentales crean lo que yo llamaría ‘pesadillas de distanciamiento psíquico'”, opina.
“Piensen en Terciopelo azul (1986) de David Lynch, La pianista (2001) de Michael Haneke o Tenemos que hablar de Kevin (2011) de Lynn Ramsay; en todas ellas, nunca sabemos qué piensan o sienten realmente los personajes”.
Réquiem por un sueño, añade, adopta el enfoque opuesto al lograr lo que él llama una “pesadilla de intimidad psíquica”.
“Nos vemos tan cerca de los personajes que, en algún momento, su dolor y trauma parecen filtrarse en nuestra conciencia.
“Puede resultar claustrofóbico, incluso invasivo. Pero para mí, ese es el tipo de cine más valiente, y explica por qué esta obra de arte, ya sea que la admires o la detestes, queda grabada para siempre en la mente de las personas”.
*Si quieres leer el artículo en inglés en BBC Culture, haz clic aquí
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.